Welcome to my world, where everything is a SHIT.





- Te he echado de menos.

La voz del chico sonó tremendamente frágil.

- Me fui porque tú me lo pediste. Nunca pretendí molestarte. Lo sabes.
- Nunca te dije que te fueras.
- Me lo pedías con la mirada y sabes que nunca quise que estuvieras mal y mucho menos por mi culpa.
- Entonces es que no sabías interpretar mis miradas.

Hizo un gesto y se lo dijo.

- Tú sabes bien que yo soy la única que he sabido hacerlo.
- Te olvidaste de mi cuando empezaste a salir con él, y yo no quería molestarte. No quería que dejaras de sonreír.

Y ella comenzó a entenderlo todo.

- Empecé a salir con él porque tú ni tan siquiera me mirabas ya. Estabas demasiado ocupado jugando con todas esas chicas, y yo ya me había cansado de esperarte.

- Siempre fuiste así ¿eh? –rió al mismo tiempo que se sentaba en el suelo.
- Habría apostado mi mundo por ti. Tú nunca lo entendiste.
- Es que no lo entiendes. Éramos amigos pero no nos contábamos nada.
- Que a mi me da igual ¿sabes? A mi ya no me importaba quién te gustaba y quien no. Con quién estabas y con quién te besabas. Estabas rompiendo mi mundo y yo solo estorbaba ahí. Y preferí irme…

- Te fuiste porque fuiste una cobarde. Porque nunca te atreviste a decir lo que pensabas.
- Y tú que sabes de lo que yo pensaba.
- Sabía mucho más de lo alguna vez has podido imaginar.
- Estás loco.
- Estabas enamorada de mí.

Quedaron en silencio los dos.

- Ahm… sí, lo estaba.
- Y tú nunca lo me dijiste.
- Solo habría empeorado las cosas, fue lo mejor.

- Siempre fuiste tan terca. No hubieras empeorado nuestra amistad.
- ¡Claro que lo hubiera empeorado! Porque tú estabas demasiado ocupado en ti mismo como para preocuparte un poquito por mí. Porque para ti valía más cualquier chica guapa que tu mejor amiga. Porque, definitivamente, yo no estaba hecha para estar a tu lado en esos momentos. Bueno, ni en esos ni en estos, simplemente encajamos como amigos. Y no sabes la de veces que intenté desenamorarme de ti, ni las veces que lloré porque estabas en mi cabeza y no te podía sacar, ¡NO! Tú no lo sabes porque nunca me miraste de la forma en que yo te miraba a ti. ¡Nunca!


¿Por qué es tan difícil caerte una vez más cuando te has levantado mil veces? Y aunque no quisiera su corazón estaba volviendo a latir. Y que era por él.