Quizás arrastres cientos de sentimientos, quizás que sólo exista bajo tu máscara el deseo incontrolable de ser feliz; la tristeza, la agonía, el arrepentimiento, las mejillas que no se sonrojan por vergüenza tras un te quiero, quizás tengas miedo. O quizás busco algo en vosotros porque a mí me enseñaron a esconderme. Todo acostumbra a ser mínimamente normal hasta que la tristeza hace su aparición, no es tristeza por algo en concreto, ni es la más dolorosa, pero aseguro que sí es la más persistente, y no quiere irse. Tengo miedo, tengo mucho miedo, no a que algo salga mal, sino a que salga bien, parecerá una tontería, pero cuando te acostumbras a ello, a perder la esperanza, a veces es difícil recuperarla sobre todo teniendo la certeza de que la volverás a perder, a no poder escapar y quedarme aquí, atrapada, para siempre. Soy incapaz de dejarme llevar. Porque si bajo la guardia, si dejo que el tiempo me lleve, suele arrastrarme hacia el pasado, y me roba la sonrisa, dejándome vacía. Y por desgracia la única forma que conozco de contrarrestar el presente, es alimentarlo a base de ilusiones, esperanzas y sueños que al final acabarán por hundirme, aún más, cuando más dependa de ellos. Ya no es solo dolor, sino nostalgia al asumir, que el tiempo pasa y el dolor no se va con él, al comprobar, que el tópico de ''el tiempo lo cura todo'' es mentira, que solo te acostumbras al dolor. Sigo teniendo frío y sigo fingiendo tener calor solo para no admitir que no tengo a nadie que me abrace para que deje de temblar. El caso es que muy pocas veces me siento segura. Claro que sé que soy una cobarde. Qué quieres que le haga, mi mente, mi corazón, yo, no sé funcionar de otra manera. Es simplemente impotencia al ver lo mucho que me cuesta actuar, lo difícil que se ha vuelto sentir, incluso levantarme de la cama, las punzadas en el pecho cuando me atropellan los recuerdos, uno tras otro, lo lento que late mi corazón. Necesito volver a sentirme viva y no sé cómo. Necesito volver a soñar, no volver a tener pesadillas. Estoy parada, quieta, negándome a reaccionar. Yo qué sé. Puede que mañana sea otro día y lo vea todo desde otro punto de vista, tal vez logre guardar el miedo, pero es que no quiero guardarlo, ¿entiendes? quiero que desaparezca. No sé cómo pretendo llegar si no sé a dónde voy. Me gustaba más la vida antes, cuando todo era una mierda, pero por lo menos me quedaba algo por lo que seguir adelante, algo por lo que luchar.
