Welcome to my world, where everything is a SHIT.



Por favor, no llores. Me dice mientras pasa su mano por mi cara empapada de lágrimas. Y cree que esas palabras harán que deje de llover en mi rostro. Sin saber que, por más que diga, esta pena no ha hecho más que empezar. No puedo dejar de llorar, y esa es la verdad. Me gustaría no estar aquí, en este momento, llorando delante de él como una tonta. Pero es lo único que puedo hacer. Llorar hasta que se me calme el corazón. La voz me tirita y apenas puedo hablar. Noto como me trabo, me atraganto con las palabras que me gustaría decir y que no digo. Que no digo porque estoy paralizada. Es como si sólo funcionaran mis ojos. Para llorar. Porque ni siquiera puedo verle la cara, ni siquiera veo el gesto compungido que probablemente debe tener. Ni siquiera veo su cara de deseo por que pare de llorar. Y seguro que lo está pasando francamente mal. Si yo sé que no es una situación agradable. Pero en este momento ni siquiera me planteo estar siendo egoísta. Se ha acabado. Y sé que la culpa no es suya. No es sólo suya. Pero yo soy más débil y lloro. Y me quedo ahí, pegada a la pared. Ya ni siquiera espero a que me bese, ya ni siquiera alzo los brazos para que me apriete contra su pecho y me abrace fuerte. No hay nada que pueda calmarme ahora. Es tiempo de llorar. Sólo es tiempo de llorar.